Sunday, February 15, 2009

Nos diferenciamos de METELE

El viernes METELE llevó a cabo una acción con la que no estamos de acuerdo, empapelando uno de los pocos lugares en los que se trabaja seriamente en ELE, más allá de todas las críticas que se le puedan hacer a este establecimiento (y realmente pueden ser muchísimas).

EXPLOTELE nació como un movimiento que buscaba reivindicar nuestros derechos como trabajadores, pero al mismo tiempo, tenía como objetivo la profesionalización del campo de la enseñanza del Español como Lengua Extranjera.

No hay que equivocarse de enemigo: los verdaderos irresponsables son los que montan institutos sin tener la menor idea de lo que están haciendo y además se dan el lujo de explotar a profesionales universitarios.

Se impone que nos organicemos como trabajadores, que nos reunamos y que se busquen verdaderas soluciones al problema: profesionalización del campo, legislación y regulación para poner institutos, condiciones laborales mínimas para todos.

Sentemos precedente, hagamos historia. Que el Español para extranjeros no sea un negocio para hoy sino un campo de trabajo e investigación a futuro.

1 comment:

Unknown said...

Me pregunto cuál será el lugar en el que se trabaja seriamente. No hay muchas opciones -sólo 2: 25 de mayo y CUI-. Y en ambas: ¿acaso no se trabaja como monotributista cuando la frecuencia laboral exige, por ley, ser contratado en blanco?
¿De qué profesionalización del campo hablamos cuando las condiciones de trabajo atentan contra la historia de las reivindicaciones de los trabajadores?
¿Cómo es posible decir que "se trabaja seriamente" si se trata de espacios -tercerizados o no, lo mismo da- que pertenecen a la órbita del estado? ¿Qué podemos esperar si el estado mismo no cumple con las regulaciones laborales vigentes que él mismo impone?
Creo que lo que subyace a esta "diferenciación" (absurda, pobre, sin diálogo alguno, sin haberse acercado a confrontar) no es más que una chata creencia en la universidad pública como espacio que no sólo otorga, si se es afortunado, dinero, sino también capital simbólico y que por lo tanto es preciso protegerlo de cualquier crítica.
Si no podemos intervenir, opinar, putear, luchar en las instituciones que, supuestamente, nos pertencen: ¿dónde entonces? ¿en el patio de mi casa?